El bosque es un lugar con tierra húmeda, raíces que beben, que crecen, que se hacen tronco. El tronco se bifurca en ramas, las ramas florecen, dan verdes hojas, dan flores. En la tierra, en los troncos, en las ramas y en las hojas hay bichitos. Bichos muy pequeños que los grandes no advertimos.
Somos bichos grandes que vivimos en una hoja de una rama de un árbol sobre un trozo de tierra plagado de vida.
Nuestros pasitos, el alimento entre nuestras pequeñas pinzas, los nuevos y tiernos bichitos no son más que otro elemento del bosque, elemento que resulta insignificante pero a la vez indispensable para los ojos enormes de la grandeza que ignoramos que existe cuando caminamos por la tierra, las ramas y las hojitas verdes. Ella nos ignora a nosotros, y nosotros la ignoramos a ella.
Somos bichos grandes que vivimos en una hoja de una rama de un árbol sobre un trozo de tierra plagado de vida.
Nuestros pasitos, el alimento entre nuestras pequeñas pinzas, los nuevos y tiernos bichitos no son más que otro elemento del bosque, elemento que resulta insignificante pero a la vez indispensable para los ojos enormes de la grandeza que ignoramos que existe cuando caminamos por la tierra, las ramas y las hojitas verdes. Ella nos ignora a nosotros, y nosotros la ignoramos a ella.
Tiene su gracia darse cuenta de que cuanto más grandes son los ojos, menos cosas pequeñas y esenciales ven cuando caminan por el bosque.
